A veces ¿no te has sentido como un niño con ganas de llorar? Perdido en un mundo, necesitando romper algo, expresar todo tu enfado, tu dolor y tus miedos.
Nuestro niño interior es inocente, alegre, travieso, curioso, imaginativo, espontáneo, artista, valiente y no pierde nunca la esperanza, mostrándose siempre natural.
Recuerda y visualiza detenidamente los momentos de la niñez cuando en alguna ocasión te castigaron; la llegada de nuestro hermano, el sentimiento de soledad al pensar que nuestros padres no nos querían tanto, recuerda cuando fuiste por primera vez al colegio, etc…
Si nos conectamos con nuestro niño interior, si le abrazamos y le amamos tal como es, sin cargarle de culpas, la luz de nuestro niño volverá a ser como la que tenía antes de llegar al mundo.
La terapia con Reiki te ayudará tanto a nivel mental, emocioal y físico, llegando a mantener un estado de equilibrio y tranquilidad.
“Eres un ser de luz único y necesario, amado y respetado”