A veces nos sentimos agotados, después de mantener una conversación con alguien, tenemos la sensación de que nos ha absorbido tanto que, nos falta energía, hay personas que se vuelven dependientes de nosotros y necesitan estar cerca, a pesar que no nos guste demasiado accedemos a ello.

 

En todas las relaciones que tenemos a lo largo de nuestra vida, tenemos intercambios energéticos, en el amor, en el trabajo, la familia…

 

Hay lugares donde la energía es más densa y también puede agotarnos; con Reiki podemos limpiar estancias y habitaciones, donde hayan habido penas, sufrimientos, disgustos, devolviendo la armonia al lugar.

 

Cuando otra persona nos cuenta a menudo y repetidamente sus penas, buscando en nosotros un consuelo, nos cargamos también de su energía, a la vez que nos quedamos preocupados y agotados.

 

Tanto como si aprendes a practicar Reiki, como si recibes tratamiento con él, no darás tu energía vital, ya que al canalizar la energía, equilibras tu cuerpo, mente y los “vampiros energéticos” no se alimentarán de ti, Reiki les dará lo que necesitan.