Lo primero que sentirás es bienestar y una relajación profunda; en ocasiones puedes quedarte incluso dormido.
Es frecuente la sensación de frío, puesto que al relajarnos baja la temperatura corporal, también puedes sentir calor en algunas zonas concretas de tu cuerpo, donde más suele notarse es en el séptimo chakra situado en la cabeza o en el sexto chakra situado en la frente, pero podrás notar como el calor, el hormigueo y la energía va por los diferentes puntos en los que el maestro o practicante de reiki va trabajando.
A veces, tendrás la necesidad de dar un suspiro, para liberar las emociones que se encuentran en el cuarto chakra (corazón); la sensación de sentir como si floraras, se debe al movimiento sutil de la energía.
También puedes notar sensación de pesadez, ésta suele desaparecer al terminar la sesión, notar escalofríos y hormigueo en algunas zonas, eso es debido a que la energía está fluyendo.
Si te apetece llorar, hazlo, es frecuente en una sesión con Reiki, o sentir la necesidad de sonreir o reir, es una manera de eliminar los bloqueos energéticos, después de una sesión o iniciación irás más a menudo al servicio, debido a la limpieza y equilibrio energético.
Es muy normal que al terminar apetezca tomar agua, así al beber, ayudas al organismo a limpiarse.